martes, 16 de junio de 2009

palabras.

Ring. Dos veces y dale que te va. “Remisería, buen día, en qué la puedo ayudar?”. El 90% de las llamadas lo hacen las mujeres. De vez en cuando sorprende alguna voz infantil. Cuando los nenes piden el servicio dicen “necesito un coche”. Estela atiende a todos de la misma manera. Tiene buena vibra. Si tuvo un mal día, no se le nota. Termina el llamado y le gusta ir directo al handy y ubicar el auto más próximo al destino. Al lado del teléfono tiene su agenda, un gato dorado que compró en el barrio chino y un cuadernito donde anota palabras que escucha por teléfono. Palabras que le llaman la atención. Algunas las anota porque le gustan y otras las anota porque no sabe lo que significan. Somos fanáticos del Larousse, nos encanta. Las últimas en aparecer son “enclenque” y “gaznate”. Termina de decir enclenque y se ríe. "Hay que llamar al carpintero, que se de una vuelta porque el escritorio está enclenque. "

Ayer me confesó que está cansada del teléfono. Que cree que llegamos a un límite. Quiere que apostemos a otra cosa. Me dijo así: “nos tenemos que lanzar”. Cuando le pregunté qué quería, me dijo que la gastronomía le está guiñando un ojo. Quiere que abramos un bolichito chico, donde vendamos buenas pizzas, empanadas con otros sabores (odia las del barrio) y unos sanguches “bien de campo”. Me pareció buena idea. A mi la remisería me deprime. Le voy a proponer que arriba del nuevo negocio, tengamos un taller para los dos. Tengo ganas de pintar a Estela. También quiero que me enseñe a escribir.

“Ah ¿y sabés qué?, le vamos a poner Gaznate al bolichito”.

yo te la recomiendo


jueves, 4 de junio de 2009

140

23:15
- hola, buenas noches. hasta malabia por favor.

el colectivero sonríe y me doy cuenta que se puso contento porque lo saludé.
simple.