martes, 22 de julio de 2008

olfato. buen olfato.

- ¿Miraste a las mozas?
- ¿Qué?
- A las meseras digo. Miralas.
- ¿Qué tienen?
- Miralas bien…
- ¿Qué tienen?
- Ninguna de las dos usa corpiño.
- Es verdad.
- Me da cosa eso.
- Esas musculosas deben tener olor a teta.
- Ya te dije que no existe el olor a teta.
- Vos porque tenés tetas y no te das cuenta. Pero existe, y el olor a pupo también.

lunes, 21 de julio de 2008

julia también sueña.

....Estaba en un casamiento, no sé por qué, pero se casaba mi vieja, se había hecho un rodete en el pelo y tenía puesto un vestido violeta, un strapless espantoso. Se casaba con el Puma Rodríguez, tratá de hacerte la imagen…No sé, será porque lo ponen en todos los casamientos, bueno los de antes, o porque mi papá lo odia. Viste que mi viejo es pelado y el Puma es muy peludo, cada vez que lo ve por la tele lo manda a la mierda. Bueno, la cosa es que llegaba el momento del ramo y yo cerraba los ojos, porque no quería saber nada, pero los cerraba con fuerza, hasta creo que dormida los cerré más fuerte, no quería mirar, no quería abrir más los ojos. Un estado muy raro el mío, entre vergüenza, ganas de gritar y salir corriendo, todo junto. Pero al rato me animé. Abro los ojos y tenía un ramo de margaritas en mis manos y veinte fotógrafos me disparaban flashes como si fuera famosa, horrible, todos aplaudían y atrás mi vieja feliz de la vida avisándole a todo el mundo que a su hija le tocó el ramo. Mucho miedo, no podía respirar, sí te juro, piel de gallina mojada. Horrible, no podía estar parada y lo peor es que todos pensaban que era de emoción, porque nadie me ayudaba. Después aparecía mi papá y me levantaba. Me levantaba y me sentaba en los hombros y me llevaba a dar una vuelta por el salón mientras todos seguían aplaudiendo. Y yo ahí, sentada en los hombros de mi viejo con unas margaritas en la mano…

domingo, 13 de julio de 2008

you know my name

el taxista sólo pregunta el destino. de vez en cuando mira por el retrovisor y se come las uñas en cada semáforo. voy escuchando la radio involuntariamente. hablan de futbol, no presto atención. odio a los periodistas deportivos, a los estudiantes de periodismo deportivo, al pato galván y al mundial de fútbol.
la cuestión es que algunas palabras se filtran y me llegan. de repente me parece escuchar que el locutor, entre nombres de jugadores y de clubes de futbol dijo "submarino amarillo".

- submarino amarillo dijo?
- si, es un club, están hablando de un jugador que lo están vendiendo y jugaba en el submarino amarillo.
-...

martes, 8 de julio de 2008

Diego y Lansky

Lansky: ¿Vos estás de novio…?
Diego: Diego me llamo.
L: ¿Estás de novio?
D: No. Bah, más o menos. No, en realidad, de novio no. No se. No.
L: ¿Sí o no?
D: No.
D: ¿Vos?
L: No. Yo vivo con mi vieja.
D: Yo también.
L: Es distinto.
D: ¿Qué cosa?
L: Tu edad, la mía. Tu vieja, la mía.
D: Ah.

Pausa.

D: Y sí. Es distinto.
L: Me acuerdo cuando tenía tu edad. ¿Dieciocho tenés vos?
D: Veintitrés.
L: Qué lindo...
D: ¿Vos cuántos tenés?
L. Qué lindo sería elegir la edad. Que uno pueda elegir. Eso es lindo. Elegir. Elegir todo el tiempo. Escuchá el motor. Te está pidiendo el cambio. Te pide tercera.

Diego pone tercera.

L: Eso, así, suave, suave. Tiene que ser orgánico. Suelto el embrague y voy acelerando. Equilibrio. Ahí va.

Diego sigue manejando, van bien. Se producen silencios. No son silencios incómodos. Se nota que cada uno está en la suya. Diego está manejando, contento porque cada vez está mejor, concentrado y Lansky está pensando. Piensa mucho.

L: Yo creo que todos tenemos una función. Un rol en la vida. Por ahí el mío es éste. Enseñar a manejar. Todo el tiempo veo gente distinta, cuando se produce algo en la relación, cuando llegamos a algo interesante, el otro ya aprendió a manejar. Ojo, no me estoy haciendo el victima, el que ya no me necesitan. Nada que ver. Pero a lo que voy es que quizás para esto estoy. Ojo, frená, frená, eso…eso.

El otro día cayó un viejo. Sesenta o setenta años, no sé calcular bien, pero era de esos viejos bien viejos, con muchos pelos en las orejas. No sé donde había visto un panfleto de los míos y se mandó a la clase. En cinco clases ya estaba manejando. “De grande es más difícil todo” me decía. Qué mierda va a ser difícil, no le costaba nada. Me daba la sensación que el viejo ya sabía manejar. A lo mejor vino porque qué se yo. Curiosidad. Se quería relacionar con alguien. No se.

D: ¿Puedo frenar acá?
L: ¿Por el ruidito ese decís? Es normal ese ruidito, los del taller me dijeron que no le de pelota…
D: Quiero parar en el kiosco, comprar algo para tomar.
L: Dale, quedate acá en doble fila.
D: ¿Te bajás vos?
L: No, bajate vos, comprame unos cigarrillos. Marlboro veinte.