martes, 8 de julio de 2008

Diego y Lansky

Lansky: ¿Vos estás de novio…?
Diego: Diego me llamo.
L: ¿Estás de novio?
D: No. Bah, más o menos. No, en realidad, de novio no. No se. No.
L: ¿Sí o no?
D: No.
D: ¿Vos?
L: No. Yo vivo con mi vieja.
D: Yo también.
L: Es distinto.
D: ¿Qué cosa?
L: Tu edad, la mía. Tu vieja, la mía.
D: Ah.

Pausa.

D: Y sí. Es distinto.
L: Me acuerdo cuando tenía tu edad. ¿Dieciocho tenés vos?
D: Veintitrés.
L: Qué lindo...
D: ¿Vos cuántos tenés?
L. Qué lindo sería elegir la edad. Que uno pueda elegir. Eso es lindo. Elegir. Elegir todo el tiempo. Escuchá el motor. Te está pidiendo el cambio. Te pide tercera.

Diego pone tercera.

L: Eso, así, suave, suave. Tiene que ser orgánico. Suelto el embrague y voy acelerando. Equilibrio. Ahí va.

Diego sigue manejando, van bien. Se producen silencios. No son silencios incómodos. Se nota que cada uno está en la suya. Diego está manejando, contento porque cada vez está mejor, concentrado y Lansky está pensando. Piensa mucho.

L: Yo creo que todos tenemos una función. Un rol en la vida. Por ahí el mío es éste. Enseñar a manejar. Todo el tiempo veo gente distinta, cuando se produce algo en la relación, cuando llegamos a algo interesante, el otro ya aprendió a manejar. Ojo, no me estoy haciendo el victima, el que ya no me necesitan. Nada que ver. Pero a lo que voy es que quizás para esto estoy. Ojo, frená, frená, eso…eso.

El otro día cayó un viejo. Sesenta o setenta años, no sé calcular bien, pero era de esos viejos bien viejos, con muchos pelos en las orejas. No sé donde había visto un panfleto de los míos y se mandó a la clase. En cinco clases ya estaba manejando. “De grande es más difícil todo” me decía. Qué mierda va a ser difícil, no le costaba nada. Me daba la sensación que el viejo ya sabía manejar. A lo mejor vino porque qué se yo. Curiosidad. Se quería relacionar con alguien. No se.

D: ¿Puedo frenar acá?
L: ¿Por el ruidito ese decís? Es normal ese ruidito, los del taller me dijeron que no le de pelota…
D: Quiero parar en el kiosco, comprar algo para tomar.
L: Dale, quedate acá en doble fila.
D: ¿Te bajás vos?
L: No, bajate vos, comprame unos cigarrillos. Marlboro veinte.

4 comentarios:

Una chica asi dijo...

Hay personas que hacen cursos sólo para relacionarse con gente.
El curso de manejo no es tan buena opción porque está sólo el señor que te enseña a manejar el auto. Es un curso muy solitario, De los cursos más solitarios que conozco. Ay, que triste ese señor que eligió ese curso.

ladelbosque dijo...

Yo me hice un blog para relacionarme con gente

ladelbosque dijo...

otro día te cuento porqué le dicen "pelado", a pesar de que no es pelado.

Fernando dijo...

Yo conozco a un tipo, le dicen el cientiloco. Va todos los días a una librería, y se queda horas leyendo. Y claro, sabe mucho, y está re loco. Le encanta hablar con la gente, hacer comentarios para llamar la atención. Todo una figura.
En fin, el vejete va a ser personaje de un libro, que sale ahora en unos meses. Y nunca, nunca lo va a seber, porque solo lee clásicos y libros de ciencias...

Saludos.

Pd ¿te enteraste de la posible visita de Vicalandia por baires?
...amerita reunión...