Pedro cuenta molinos. Mirando el asfalto piensa en cómo será la máquina que pinta las líneas de la ruta. Nunca vio una. Mira el botoncito del seguro y se acuerda de su prima que nació en otro lugar y le dice porotito al seguro. Su tía estira el brazo para atrás y le masajea el pié. Un pié calzado 36, cubierto con una media celeste, bastante gruesa. Su tía lo mira y le avisa que tiene una sola zapatilla puesta. Pedro piensa en inventar una historia, pero dice la verdad. Dejó la zapatilla en un cantero de la Shell.
1 comentario:
menos mal que me reservaste entrada porque jorge is on fire!
son lindas esas palabras que se dicen de otra manera en otro lugar
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