martes, 6 de mayo de 2008

yo tampoco.

- Má…
- ¿Qué pasa?
- No me puedo dormir.
- ¿Hay ruidos?
- No…
- Quedate tranquilito, cerrá los ojos y vas a ver que te vas a quedar dormido.
- No puedo. Estoy, ansioso, como nervioso.
- ¿Y de qué vas a estar nervioso vos?
- No se. Me acuesto y me agarra como un chucho por todo el cuerpo que me hace temblar, así como cuando estoy por entrar al dentista o como la noche antes de que nos vayamos a Miramar. Son nervios. Pienso en muchas cosas y me imagino muchas más y doy vueltas y vueltas. Y no me puedo dormir, no tengo sueño.
- ¿Pero en qué pensas?
- En Alemania.
- Pero si vos no conocés Alemania. ¿En la escuela lo están viendo?
- Me hubiera gustado nacer en Alemania. ¿Por que me tocó Argentina? ¿Quién decide eso?
- Simón, es tarde.
- ¿Sabés qué hora es en Alemania? Ya se están levantando, están más adelantados.
- Pero estamos en Argentina y a esta hora se duerme.
- ¿Y quién decide la hora? ¿Los presidentes?
- No Simón, la hora ya está desde hace mucho. Andá a tu pieza y acostate, y dejá de pensar en esas cosas. Pensá que tenés que dormir. Eso pensá.
- Aunque sea me hubiera gustado nacer hace mucho. Cuando se decidían esas cosas, como la de la hora y las líneas que dividen los países o los nombres.
- Simón…
- Mi nombre sí me gusta.
- Bueno dame un beso y andá a dormir.
- ¿Ma?
- ¿Qué pasa?
- ¿A vos dónde te hubiera gustado nacer?
- En las Islas Canarias.
- ¿Dios decide todo eso?
- Simón son las 4 y media.
- Hasta mañana.

1 comentario:

Fernando dijo...

Pobre, pobre Simón. Siempre viviendo en horarios equivocados.
Que mala suerte la suya.

Saludos.
4:52 am.