lunes, 5 de mayo de 2008

wash and go

Abrió los ojos y tuvo miedo que sea la maldita hora. Con un tembleque interior abrió el celular y esa luz pobre lo encandiló. Cuatro y veintiocho, todavía se puede dormir un poco más, inclusive continuar el sueño. Es especialista en eso, con una breve concentración pudo lograr que el sueño se prolongue, como un capítulo más.
A las ocho ya estaba bajo la ducha, con mucho frío. Esa mañana se cansó de pensar que algo bueno le va a suceder. Siempre creyó eso, de chiquito se sintió una persona con suerte, con una especie de despensa de optimismo. Algo que le hacía vivir con la idea de que alguna sorpresa positiva va a llegar algún día se fundió. Desapareció y no dejó rastros.
No desayunó, se lavó los dientes y salió a la calle con el pelo mojado. Y con mucho frío.

1 comentario:

Unknown dijo...

creo que a mi me pasa eso... "profesia autocumplida" que le llaman. por lo menos me sirve.