martes, 15 de abril de 2008

Claude Lévi-Strauss

130 kilómetros. por hora. Miro el asfalto por la ventana y pienso en el trabajo que fue asfaltar una ruta. Mi mamá repite cada 5 kilómetros bajá la pata Oscar, bajá la pata. Lala duerme en los hombros de Esteban. Lala duerme con la boca cerrada, Esteban no. Son re hermanos ellos dos. Piel, química, signos, no sé qué mierda es pero son re hermanos. Yo a veces pienso que se desean un poco. Sofi me dice que tienen una relación tan estrecha, tan interior, tan profunda que los hace ser así exteriormente. Entonces uno desde afuera piensa eso, que hay algo. Es obvio que ella lo dice porque Esteban se la cogió.

Mamá se da vuelta y nos mira a los tres, me sonríe y como siempre tiene algo que decir, lo dice:

Qué bárbaro cómo les gusta dormir a estos dos. De chiquitos eran así también. Vos te la pasabas jugando con los rastris, solito en el patio todas las tardes y ellos se quedaban dormidos en cualquier lugar. Uno arriba del otro, como ahora.

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