Voy a dormir en el living. Esa es la razón de mi mal humor. Mi cuarto tiene de especial eso, que es mío. Cierro la puerta y es mi casa dentro de mi casa. Pero Simón es por pocos días. Lo entiendo pero no deja de molestarme la idea de alquilarlo gratuitamente. El cuarto de Simón le encanta, además tiene televisor y a ella le gusta ver ese programa de la RAI. Qué bronca, se hace la que entiende italiano. Faltan algunas horas para su llegada, tengo el tiempo justo, así que hago lo que me conviene: guardar las cosas que no quiero que mi tía vea. Porque me la imagino a las tres de la mañana hurgueteando como una rata mis cajones, tratando de encontrar algo, algo raro o curioso, algo mío. No va a poder. Tengo que decidir qué cosas traslado a mi nuevo placard, que por unos tres o cuatro días, lo que ella decida, será la despensa. Pienso en las decisiones. ¿Mis papás decidieron tener un solo hijo? ¿Una casa con dos cuartos? ¿Por qué Silvia se fue a vivir a Miramar? Tomo mi libreta y anoto. Clase de natación. Apoyo de Matemática. Leer libro para inglés. Supuestas actividades que voy a tildar de obligatorias en caso de que a la tía se le ocurra que la acompañe a equis lugar. Qué embole tía, te juro que me encantaría, pero no puedo. No la paso bien con ella, en realidad no la conozco mucho. Tengo algunos recuerdos, ella era la que me regalaba ropa en los cumpleaños, y eso a un chico siempre le cae mal. Sigo pensando en las decisiones y se me viene la imagen de ella sentada en su cama decidiendo cuántas bombachas va a traer, si hace falta un abrigo más grueso o si con ese de algodón está bien. Voy a la cocina, a exprimir algunas naranjas. Mi mamá piensa en el menú. Quiere preparar cosas que usualmente no cocina para cuando llegue Silvia, como esa carne a la cacerola con salsa de mostaza que le sale bastante bien. Hay algo que no sabe mamá. Silvia es vegetariana. Es principiante, lleva dos meses, pero es vegetariana al fin. Me enteré porque la tengo en el Messenger. Sin admisión, obvio. Silvita Vegetariana- Añorar el pasado es correr tras el viento. Le gusta esa cursilería de escribir frases anónimas al lado de su nick. Mi mamá en cambio ni sabe lo que es un nick. Y tampoco quiero que sepa sobre la nueva dieta de Silvia, prefiero comer esa carne así que decido ocultar información. ¿Es mentir? No es tan grave.
- ¿Cómo es tener hermanos, má?
- Es lindo, no sé cómo explicarlo. Es como todo, tiene su parte buena y su parte mala. No dejes esas cáscaras ahí, tenés el basurero Simón.
- ¿Cuál es la buena?
- La buena es que tenés a alguien que te conoce mucho, alguien con quien viviste y compartiste muchas historias. Es una relación especial.
- ¿Y la mala?
- Que a veces se hace difícil conciliar las diferencias.
Me quedo más tranquilo. Pienso que más de una vez mamá y Silvia jugaron juntas y seguramente se contaron algún secreto de cama a cama. Llego en media hora, ¿me buscás? Un bacio. A Silvia le gusta el italiano y la tecnología y otra vez la comparo con mamá, que nunca me responde un mensaje de texto. Son distintas formas y me gustan las dos.
Flecha Bus anuncia el arribo de su unidad procedente de Miramar, por plataforma cuarenta y siete. Silvia todavía no me ve. Está en perfecto estado, como si se hubiera bajado de un avión después de un viaje de media hora. Le da dos pesos al chico que le alcanza su valija y en ese momento se da vuelta, me busca y me encuentra.
- ¿Cómo va Simón? Tanto tiempo, estás más gordo vos…
Me abraza. Es un abrazo raro, ninguno de los dos sabemos hasta cuándo hacerlo durar y tenemos miedo de cortarlo antes de tiempo. En ese abrazo le podría decir “vos también”, pero sería una mentira, está mas flaca. Me voy a lo simple.
- ¿Qué tal el viaje?
- Hermoso, vos sabés que me puse el aparatito de la música y se me pasó volando. ¿Viniste en auto o nos tomamos un taxi?
Nos subimos al auto y me cuenta que en realidad viene porque en Buenos Aires toca el Cuarteto de Nos, un grupo de Uruguay que nunca escuché en mi vida. Y para visitarlos a ustedes, de paso. De repente me doy cuenta que Silvita nos está usando pura y exclusivamente de hotel, pero me gusta que se venga a ver un grupo. Yo nunca fui mucho a los recitales y tampoco entiendo a las personas que son capaces de subirse a un colectivo y llegar a la ciudad en donde se da el concierto.
- Decime una cosa Simón, ¿no habrá un lugar un poco menos transitado, donde se pueda parar un ratito, antes de llegar a casa, una plaza o un parque?
- No entiendo. ¿Te pasa algo?
- Un lugar donde me pueda fumar un porrito. El alcohol lo dejé, pero si tu vieja me ve con esto es capaz de dejarme dormir en la calle, por eso, para evitar problemas.
Que a veces se hace difícil conciliar las diferencias. No se equivoca mamá. Es impresionante lo distintas que son y lo mucho que se parecen físicamente. Me asusta eso. Si se me hace difícil entender la relación de hermanos, la de hermanas gemelas mucho más. Llamo a mamá y digo que el colectivo está demorado porque es fin de semana largo, que todavía me queda un rato. Sueno convincente. Estacionamos en una plaza que no tiene nombre y mi tía enciende el porro con un fórsforo. Le da unas cuantas pitadas largas y lo apaga.
- Puedo dormir en el living, no hace falta que me des tu cuarto. Antes sí, porque eras chico, pero ahora estás grande y la verdad que te debe romper un poco tener que prestárselo a la tía.
- Un poco sí. Pero ahora no sé por qué me dieron ganas de prestarteló. Además son unos días, no es para tanto.
- ¿Mañana a la noche qué hacés?
- Nada, ¿por qué?
- Porque tengo dos entradas para el recital, en realidad iba a invitar a una amiga que vive acá que no veo hace años, pero ahora no sé por qué me dieron ganas de invitarte a vos. ¿Vamos?
- Dale, vamos. Me quedé pensando una cosa tía, en casa mamá está haciendo una carne con salsa de mostaza y yo no le dije que sos vegetariana. ¿Querés que compremos algo de pasada? Hay un restaurante vegetariano acá a tres cuadras.
- No, no hay problema, de vez en cuando un poco de carne está bueno. Eso sí, antes paremos en un Havanna porque si no llevo una caja de alfajores, tu mamá me mata.
Las palabras de los otros
Hace 7 años
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